Tengo un par de manos que conocen el recorrido de esta historia tuya.
Una lengua entre mis labios que te recita de memoria,
degusta tu sabor en la distancia, entre sueños de bonanza,
cuando todo esto me cansa.
Así que deja ya de mentirte restringiendo mis limites.
Que de bordes y fronteras solo yo conozco el alcance.
Donde termina lo prohibido y comienza tu destino;
corriendo repentino, entre tanto citadino.
Mírame a los ojos: brilla la tarde para que el sol descanse solo un tiempo.
calza este vía crucis de mis ganas con la penitencia de tu antojo.
no solo me mires de reojo, no solo me digas si te mojo...
Para esto debes de descansar; detener tu alma antes de andar.
No es saludable huir de tus deseos mintiendo a tus anhelos.
Llorándole a tus celos, rogándole todo al cielo…
Por eso debes de aprender a rimar tu nota
con mi música sincera;
bailando una noche ajena entre el sol de tu sonrisa y la luz de las estrellas.
Mas las luna hecha collar bordando tu pecho,
guardando tu escote, naufragando mi vista.
Finalmente recuerda siempre no mentirle a tu reflejo
no contarme lo que siento, no olvidarte que no miento.
No dejarme en tu silencio.
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