Estúpido de mí al mantener esa palabra en ristre contra ti.
Debí aspirar a ser tu amante amigo. Y no tu amigo amante.
Yo solo quería tocar tu corazón.
Esa noche perdí la perspectiva de la insistencia.
Olvide porque todo este tiempo arrastre mi decencia
en pos de tu sonrisa.
Y no olvides que se porque, antes que nada.
Harto de dar respuestas a tus celos.
Cansado de sentir celos por quien no debo, y no los quiere.
Te vi, te perdí. Nunca serás mía.
Tú no eres de nadie. Tú no eres nadie…
Ni tampoco tomas mi cordura con delicadeza.
Tan toscamente virginal.
Tan seductoramente gélida.
Mi niña tonta, como te odie.
Estúpido de mi, toda la culpa es mía sola.
No debí. No entendí. Se acabo.
Soy un idealista que se canso de las aventuras.
Hoy renuncio a luchar por ti.
Ahora solo somos el eco de lo que debimos ser.
Como quema el recuerdo de las noches que debimos pasar juntos en tu cama.
Como duele evocar esas imágenes de yo siendo feliz en tu vida.
Ahora solo queda el destino atravesado con mis anhelos.
El ganara como siempre lo hace.
Maldito sea por no poder estar solo con tu corazón.
Por tener que siempre búscale nombre a tus ganas de llenar el vacío.
Por solo no poder contener a las ganas, a secas.
Suele ser mas difícil verse al espejo cuando la vida no es complicada.
Lo entendí.
Finalmente comprendí mi papel en tu vida.
Tu rol en la pantomima de ser yo.
Y lo odio, y me fascina.
La libertad de ser y no ser, como nunca la entendió el dramaturgo.
Pero sigues llorando por dentro.
Porque no ves la belleza que te desborda.
Porque crees que solo por ser hermosa vales más que alguien mas.
Y no mueves un dedo para ganarte esa dadiva.
Tu no vales más que tus lagrimas, ni pesas más que tus sonrisas.
El día que lo entiendas me volverás a ver, y me rechazaras como se debe
Cuando entiendas que tú no eres nadie… para romper mi corazón quizá besaras a quien siempre quise ser, dándole vida desde tu alma.
Salvando la mía.
